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Terapia grupal en el duelo: sanar en compañía

26 Sep 2025

El duelo es un camino profundamente personal, pero no por ello tiene que recorrerse en soledad. Cuando perdemos a un ser querido, sentimos que nadie puede entender del todo lo que estamos viviendo. Sin embargo, compartir ese proceso con otras personas que también están atravesando una pérdida puede ser sorprendentemente sanador. Por eso, la terapia grupal de duelo se ha convertido en un recurso cada vez más valorado por quienes buscan consuelo, comprensión y apoyo.

En este artículo, te contamos por qué la terapia grupal puede ser una herramienta tan valiosa durante el proceso de duelo.

  1. Sentirse comprendido sin necesidad de explicar
    Uno de los mayores beneficios de la terapia grupal es poder estar con personas que saben, por experiencia propia, lo que se siente al perder a alguien. No hace falta justificar las lágrimas, ni poner excusas por no estar bien. En el grupo, hay espacio para el dolor sin juicios, y eso ofrece un tipo de comprensión que pocas veces se encuentra en otros entornos.
  2. Aprender del camino de otros
    Escuchar cómo otras personas viven su duelo ayuda a poner en palabras lo que a veces no sabemos expresar. También puede ofrecer nuevas formas de afrontar momentos difíciles, dar ideas para rendir homenaje a los que se han ido o simplemente aportar consuelo al saber que hay luz más allá del dolor.
  3. Romper el aislamiento emocional
    Muchas personas en duelo se sienten solas, incluso rodeadas de gente. La terapia grupal rompe ese aislamiento emocional. Estar con otros en un espacio seguro, guiado por profesionales, permite abrir el corazón poco a poco y sentirse acompañado en un proceso que a menudo resulta invisible para el entorno.
  4. Darse permiso para sentir
    En los grupos, se valida cada emoción: la tristeza, la rabia, la culpa, la nostalgia, incluso la alegría. Se aprende que todo lo que se siente es legítimo y forma parte del duelo. Esto da permiso para sentir sin miedo ni vergüenza, lo cual es fundamental para sanar.
  5. Fortalecer la esperanza
    Ver que otros, más adelante en su proceso, han aprendido a vivir con la pérdida, genera esperanza. Escuchar frases como yo también me sentí así y con el tiempo encontré paz es una fuente de fuerza. En el grupo, la esperanza no se impone: se contagia.
  6. Fomentar el autocuidado emocional
    Los profesionales que guían las terapias grupales ofrecen herramientas para transitar el duelo con más conciencia: ejercicios de escritura, dinámicas emocionales, pautas de autocuidado… Estas prácticas ayudan a dar estructura al proceso interno y cuidar de uno mismo.

Un espacio para sanar en comunidad

Cada duelo es único, pero hay algo universal en el anhelo de sentirse visto, escuchado y acompañado. La terapia grupal no sustituye el duelo personal, pero lo enriquece y lo sostiene. Y para muchas personas, es el punto de inflexión que les permite empezar a transformar el dolor en memoria viva, en amor que permanece.
Acompañar el duelo es tan importante como cuidar la despedida. Por eso, recomendamos la terapia grupal como una opción valiosa para quienes sienten que necesitan sostén, palabra y compañía en este proceso.
Porque, al final, sanar no siempre es olvidar. A veces, sanar es compartir.