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El papel del deporte y el ejercicio físico en el proceso de duelo: sanación en movimiento

23 May 2025

El duelo es una experiencia emocional intensa que afecta tanto a nivel psicológico como físico. Frente a la pérdida de un ser querido, el cuerpo también sufre: fatiga, insomnio, tensión muscular, y un sistema inmunológico debilitado son respuestas comunes. En este contexto, el deporte y el ejercicio físico se convierten en aliados fundamentales para canalizar el dolor, regular emociones y recuperar el equilibrio mente-cuerpo. En este artículo exploramos cómo el movimiento puede ayudar a transitar el duelo con mayor resiliencia.

¿Qué sucede en el cuerpo durante el duelo?

Durante el duelo, el cerebro interpreta la pérdida como una amenaza. El sistema nervioso simpático se activa, liberando cortisol y adrenalina. Esta respuesta de estrés prolongada afecta el sueño, el apetito y las defensas inmunológicas. La falta de energía y la tristeza profunda pueden llevar a la inactividad, creando un círculo vicioso de estancamiento emocional y físico.

El deporte como regulador emocional

El ejercicio físico es una herramienta potente para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas, dopamina y serotonina. Estas sustancias actúan como antidepresivos naturales, ayudando a:
- Regular la ansiedad y la tristeza.
- Recuperar rutinas saludables.
- Mejorar el sueño y la calidad del descanso.
- Aumentar la energía vital.
- Fomentar la autoestima y la autoimagen.
- El deporte no elimina el dolor, pero ofrece un canal saludable para expresarlo y atravesarlo.

Tipos de ejercicio recomendados durante el duelo

No todos los cuerpos ni todas las fases del duelo requieren la misma intensidad. La clave está en escuchar el cuerpo y adaptar el tipo de actividad al momento emocional:
- Caminatas conscientes o en la naturaleza: ideales en etapas iniciales del duelo. Invitan al contacto con uno mismo y con el entorno.
- Yoga y ejercicios de respiración: conectan con el cuerpo desde la suavidad. Ayudan a liberar tensiones físicas y emocionales.
- Natación: sensación de ingravidez que alivia la carga emocional y física.
- Entrenamiento funcional o fuerza suave: devuelve la sensación de control, muy importante cuando todo parece derrumbarse.
- Deportes grupales: favorecen el sentimiento de pertenencia y el acompañamiento social, clave para evitar el aislamiento.

Cómo iniciar cuando todo cuesta

Durante el duelo, incluso moverse puede parecer una montaña. Por eso se recomienda:
- Empezar con sesiones cortas: 10-15 minutos diarios es suficiente.
- No buscar rendimiento, sino conexión.
- Escoger actividades agradables, no exigentes.
- Pedir acompañamiento profesional si es necesario (psicólogos, entrenadores, terapeutas).
- Combinar el ejercicio físico con espacios de expresión emocional: escritura, terapia, grupos de apoyo.

El movimiento es vida. En momentos donde todo parece detenerse, el deporte puede devolvernos el pulso de la existencia. No como una huida del dolor, sino como un puente hacia la aceptación, la resiliencia y la transformación. En el duelo, el cuerpo necesita moverse para sanar.